29.1.15

Miro

Miro y me cuesta creer.
Miro de nuevo.
Y vuelvo a mirar.
Las palabras que me surgen
son muchas
pero mi boca es algo torpe.
Como si no pudiera abrirse a tiempo
entonces las palabras se agolpan,
se amontonan, no pueden salir.
Y chocan contra los dientes,
o se enredan en la lengua,
y así, hechas una maraña,
un nudo de ruiditos que dicen,
vuelven a la garganta de donde quisieron salir.

Te miro.
Sigo sin creerlo, pero te miro.
A veces, ¡oh, casualidad!,
me devolvés la mirada.
Y todo se ve más lindo.
Y todo me es más difícil.
Mi boca ya no es la única torpe,
todo mi cuerpo se contagia.
Qué vergüenza me da.
Pero si no,
me siento un cazador,
mirándote sin que me veas.
Mirándote siendo vos.
Y eso también me gusta.

Te miro.
Y te miro tanto
que pienso que capaz,
en una de esas,
te voy a desgastar.
Como el agua
erosionando la piedra.
O comer un chupetín.

Pero sigo mirándote.
Y no porque quiera erosionarte.
Sino porque, si en una de esas,
es verdad que vas a desaparecer,
quiero aprovechar todo el tiempo que existas
para mirarte.

19.1.15

Avatar II

El claroscuro es constante.
Al parecer
los dioses y las musas
suelen ser indecisos.
Reticente y desconfiado,
todavía me gusta
lo que no se decide.


Parte 1