21.3.12

Le petit renard

Como un zorro.
Como una rosa.
Cuatro insignificantes espinas contra el mundo, y aún así, con la fuerza para someter a un príncipe.
Cuesta tan poco ser domesticado. Sólo hay que apegarse a los ritos.

¿Se puede morir por una rosa?
Por supuesto que sí. Puesto que ella es mi rosa.
¿Se puede llorar por un zorro?
Por supuesto que sí. Ahora es único en el mundo.

A veces domesticamos.
Y a veces se nos domestica.
¡En la Tierra se ven toda clase de cosas...!

20.3.12

"...ni siquiera hacía falta cerrar los ojos."

La almohada y un colchón cómodo ya no alcanzan.
Estaban bien hasta hace un tiempo. Pero ahora hace falta algo más.

Ahora dormir tiene toda una nueva dimensión. Gracias.


(El título es un guiño a un post de uno de mis blogs favoritos.)

5.3.12

Retornos

Llegué a casa, y volví como mi mochila.
Estoy más lleno que cuando me fui.