9.11.11

Maestra de todos

-¿Maestra González? -Preguntó uno.
Nada. Silencio total. Otra mano se levantó.
-¿Maestra Rojas? -Pero tampoco hubo respuesta.
Martina, desde la cuarta fila, apostó:
-¿Maestra Ortiz?
Una sonrisa se dibujó en la cara de la señorita que daba la espalda al pizarrón. Automáticamente los chicos empezaron a aplaudir y a vitorear a la maestra y a Martina, que había descifrado el enigma.
La maestra abrió el cajón de su escritorio, sacó un revolver
y se disparó en la sien.

Freud, me explicás por qué soñé esto?